El Cambio Climático también llega a los bancos en forma de ahorro hipotecario. Un gran secreto de hace años de algunas entidades son las hipotecas sostenibles. Una bonificación en la cuota mensual si la certificación energética es B o superior. Esta certificación se requiere cuando se compra o alquila una vivienda y el documento recoge la eficiencia energética del domicilio.
Es frecuente que las nuevas viviendas ya cuenten con sistemas que buscan mejorar la eficiencia por los dos caminos que existen: la reducción del consumo de energía y la autoproducción. Un ejemplo, para la reducción de la energía se debe mejorar la calidad del aislamiento térmico que evita que en invierno perdamos calor hacia el exterior o que en verano necesitemos refrigeración. Por el lado de la generación lo más frecuente es recurrir a los módulos solares térmicos o fotovoltaicos. Generan energía de una fuente renovable, como es el sol para evitar comprarla de la red. También mejora las pérdidas del sistema eléctrico por el transporte. Cuando se combinan buenos sistemas de aislamiento y aportaciones razonables de autoproducción renovable es fácil llegar a una certificación de alta eficiencia.
Política de hipotecas
Lo que parecía un trámite más ahora se ha convertido en una forma de ahorrar energía y dinero. Banco Santander dedica un pequeño apartado en su política de hipotecas donde habla de las bonificaciones si la vivienda es energéticamente verde. El ahorro mensual por esta bonificación es equiparable al aplicado por los recibos domiciliados, el seguro de hogar o a trasladar un plan de pensiones. Además, es válido para toda la vida del préstamo. Sin embargo, es un secreto y muy pocos bancos promocionan esta situación.
Esto es lo que publicita el Banco Santander de sus hipotecas sostenibles:
Si, además, la vivienda hipotecada tiene calificación energética A ó A+ o está considerada vivienda sostenible, [...] tendrán una bonificación de 10 puntos básicos sobre el tipo base de la hipoteca. La entidad refuerza así su apuesta por incentivar la eficiencia energética [...], que tiene en cuenta los aspectos sociales y ambientales en la toma de decisiones financieras.
Un ejemplo. Préstamo de 250.000€ a 30 años con posibilidad de ser bonificado un 0,1% por contar con una certificación energética adecuada. Los intereses acumulados a lo largo del préstamo que se pueden ahorrar ascienden a 3.893,72 €. Equivalente a pagar la instalación fotovoltaica.
Por otro lado, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que ha presentado España recoge en su apartado de las renovables que la intención es llegar al 42% sobre el consumo final de la energía. Quiere reducir las emisiones un 21% respecto a 1990.
Para el año 2050 un 70% de la población vivirá en ciudades y, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el consumo de estos edificios será de un 30,4% de la energía total. Algo que implica que todos tendremos que aportar nuestro granito de arena con las energías sostenibles. Se incentivará a los ciudadanos para que tomemos las medidas oportunas para apoyar este objetivo y obtener los beneficios de los bancos. No es un secreto que hoy en día existen desgravaciones en el IRPF o reducciones del 50% del IBI si se invierte en conseguir mejoras en la vivienda que permitan acceder a la certificación adecuada.
¿Cómo puede ayudarte Soliluz?
¿Cómo puedes conseguir las bonificaciones en las hipotecas de los bancos? Con el apoyo de profesionales como los de Soliluz que ayuden a proyectar aquellas instalaciones que lleven a la excelencia energética. Un gran importante para obtener la bonificación de los bancos.
Expertos que propongan una instalación fotovoltaica que asegure que el usuario autoproducirá, al menos, de un 50% de la energía. Eso sí, sin instalar más de la necesaria para que cada euro que se invierta se pueda recuperar lo antes posible.
Los vecinos que tengan una vivienda que no sea energéticamente sostenible en unos años se verán fuera del mercado y de las hipotecas sostenibles de los bancos. Eso supondrá problemas a la hora de habitar, alquilar o vender una casa.